Todos hemos visto los paisajes de nuestra tierra llenos de olivos. El olivar es el cultivo que más abunda en Andalucía y en gran parte de España y ha marcado la cultura y la economía de muchas comarcas de esta región.
La historia del olivo comenzó hace 12.000 años y su cultivo empezó hace unos seis milenios de antigüedad. Algunas huellas de sus primeros pasos se han encontrado en Palestina, Grecia y Egipto.
Andalucía, que era la Bética romana, fue la primera productora de aceite de oliva en el Imperio Romano. Desde aquí salían millones de ánforas con el preciado zumo de aceituna, para alimentar a todos los habitantes de la extensa Roma.
España es líder mundial en producción, exportación y comercialización, con producciones medias de 1.200.000 toneladas por campaña.
Los mayores productores de aceite de oliva se encuentran en la cuenca del Mediterráneo, así, después de España, el segundo país más productor es Túnez y en Europa los países que más producen son: Italia, Grecia, Francia y Portugal.
Lo cierto es que el olivo y su fruto, es una fuente de riqueza tanto económica como cultural y, por supuesto, gastronómica; un cultivo imprescindible, allí donde se produce.